Desig, voluntat i contes de fades

CARRINGTON, WALTER. Pensando en voz alta. Charlas sobre la enseñanza de la Técnica Alexander.  Mornum Time Press, 2009

Capítol tercer

1 de abril de 1974

Deseo, Voluntad y Cuentos de Hadas

La forma en que hablamos sobre la Técnica es tremendamente importante. Hace que nuestra forma de pensar se predisponga para bien o para mal. Frank Pierce Jones, en una de sus conferencias, decía que los objetivos de nuestro trabajo no son ni la salud ni la postura, sino más bien la ligereza y la libertad de movimiento. Luego pasaba a tratar el tema del libre albedrío, algo que ha recibido ciertas críticas por parte de algunos.

Pienso que es aconsejable evitar hablar sobre libre albedrío, instinto, inteligencia y razón. En realidad podríais confeccionar una lista muy larga de cosas de las que es mucho mejor no hablar. Si necesitáis utilizar este tipo de palabras, deberíais hacerlo exclusivamente en el contexto de los procedimientos prácticos de los que se trate en cada momento. Los procedimientos prácticos, pienso, tratan en realidad sobre el movimiento.

Podemos hablar del movimiento sin demasiado margen para la confusión, aunque por supuesto, la palabra "movimiento" nos sugiere inmediatamente a Isadora Duncan revoloteando de un lado a otro cubierta de gasas. Por esa razón, incluso para hablar del movimiento a la gente, conviene tener cuidado. Pero pienso que tratar los temas partiendo del movimiento está justificado, porque en términos mecánicos, anatómicos, fisiológicos y biológicos, es de movimiento de lo que estamos hablando. Si hemos de fijarnos unos objetivos razonables, podríamos decir que un buen objetivo, sería conseguir ligereza y libertad de movimiento con el mínimo esfuerzo: nadie podría poner eso en duda.

 

El problema es que centrarse en cuestiones mecánicas, anatómicas, fisiológicas y biológicas, constituye un peligro porque hace hincapié en aspectos erróneos para el con junto de nuestro trabajo. Nos obliga a pensar en estructuras, e incluso aunque pensemos en estructuras en movimiento, en realidad no nos interesan las estructuras en movimiento, sino la voluntad y el deseo que existe detrás del movimiento.

Por esta razón, creo que haríamos mejor en estudiar cuentos de hadas, que en estudiar anatomía y fisiología. En realidad, los cuentos de hadas tratan de forma más consistente lo importante, porque en ellos se trata de la voluntad y del deseo, y de sus consecuencias. Si nos detenemos a reflexionar sobre los cuentos de hadas, nos sorprenderá que algo que nunca a nadie le preocupa es la manera en que se va a llevar a cabo el deseo. Jamás, ni el hada buena ni la bruja dirán, "Te concedo tres deseos, pero que sean razonablemente fáciles porque no se me dan muy bien estas cosas".

La gente se imagina que su cuerpo es desobediente y poco fiable a la hora de llevar a cabo sus deseos, algo que no puede estar más alejado de la verdad. Nuestro cuerpo se confunde terriblemente debido a las demandas contrapuestas que le hacemos constantemente en nuestros deseos confusos y contradictorios. Eso es verdaderamente de lo que trata esta técnica: para formular un deseo hay que pararse a pensar, porque si uno se precipita a desear sin pensar, sin inhibición, es cuando todos los problemas se nos vienen encima - dragones, fosos, etc. - como les pasa a los personajes de los cuentos.

Luego, tras la inhibición, tras la pausa, lo que importa es la dirección. Dirección es una palabra que usamos especialmente en relación con el movimiento. Dirección puede tomarse en el mismo sentido que la dirección que ponemos en un paquete, o como la acción de dirigir, de dar instrucciones a alguien para que haga algo3. Pero el significado fundamental de dirección tiene relación con el movimiento, con el lugar de destino y el lugar de procedencia, en conjunto con la cuestión de la relatividad. Ese también es en esencia el significado de la dirección que escribimos en un paquete, porque no se podría entregar al destinatario sin que el cartero dirija sus pasos o sus movimientos allí donde se le indica4. En última instancia, dirección es movimiento. Una vez que admitamos y reconozcamos esta realidad, podremos ver que la dirección tiene importantes connotaciones físicas.

 

No obstante, de mucha mayor importancia que cualquiera de sus implicaciones físicas, son sus dos aspectos psicológicos. Uno de ellos es la conciencia o identificación de como están las cosas, cual es su situación. Y el segundo, y más importante, es en realidad bastante difícil de definir. Después de establecer la dirección en la que se quiere ir, es preciso tomar la decisión de seguir un determinado camino, tener el deseo y la voluntad de ir en esa dirección, de que se va a recorrer la distancia independientemente de los costes que ello suponga.

Podemos estar en un cruce de caminos y contemplar los letreros que indican los kilómetros que hay a Pekin y pensar, "Bueno, no se, sería divertido y supongo que si fuese, ese sería el camino." Nos hemos detenido, hemos inhibido, hemos pensado y sabemos la dirección. Pero aún no hemos ido a ninguna parte.

Es reconfortante comprobar que, al menos, no hemos partido en ninguna de las direcciones equivocadas. Podemos felicitarnos de estar en ese lugar, y no en otros muchos lugares posibles. Pero la realidad es que aún no nos hemos puesto en marcha. En la Técnica Alexander, como en la vida, el verdadero problema es ponerse en marcha, y seguir el camino.

Pues bien, una muy buena manera, de hecho la única posible de poner a la gente en marcha, es hacer que piensen. Es algo bastante difícil porque a la gente no le gusta pensar, y no lo hace bien, y evitaran hacerlo siempre que puedan. ~Cual es la mejor forma de hacer que las personas piensen? Me temo que no lo sé.

Lo que sí se, sin embargo, es que la respuesta no esta ni en la anatomía ni en la fisiología. No la hallaremos en la mecánica ni en la biología; no la hallaremos en toda una serie de disciplinas que podría mencionar. Tal vez nunca la encontréis, pero de lo que podéis estar seguros, es de que la respuesta no la encontraréis en todas esas disciplinas. Alexander declaró públicamente hace años: "ustedes piensan que la Técnica Alexander es algo físico; yo les digo que es lo más mental que jamás se ha descubierto." Algo muy loable para un hombre que escribió páginas y páginas de un libro que trata casi exclusivamente de como no es posible separar la mente del cuerpo.

 

Es la voluntad y el deseo, su persistencia y continuidad, el impulso, la fuerza, la energía así canalizada, lo que estamos buscando. Primero, es preciso establecer la dirección, cierto, pero luego, si no hay aportación de energía no se consigue nada.

Por esta razón resulta útil darse cuenta de cual es el problema, incluso aunque no haya una respuesta clara. También conviene darse cuenta de que aunque hablamos de estar inmóviles- hablaba antes de cuando estábamos inmóviles en el cruce de caminos y comprobábamos hacia dónde íbamos- en realidad nunca estamos inmóviles. En tanto en cuanto estemos vivos, nos movemos. En buena medida, somos llevados. Depende en gran medida de nosotros que no nos dejemos llevar en direcciones hacia las que no queremos ir.

Nota 3 Dirección en inglés NO solo significa, en el lenguaje habitual, la dirección que ponemos en una carta o en un paquete. Significa también dirección en el sentido de mando o de instrucción para que algo ocurra o se lleve a cabo. AI traducir este párrafo he intentado, mediante un giro, poder seguir empleando la palabra "dirección" ya que es importante en la explicación de la Técnica Alexander. (N. del. T.)

Nota 4 He tenido que manipular de nuevo la frase para poder seguir utilizando la palabra dirección. En el original inglés el ejemplo son las directions on a packet of jelly, es decir las "instrucciones" de un paquete de gelatina (N. del T.)

 

Walter Carrington és un mestre referent de la Tècnica Alexander que ha inspirat a generacions de professors.

 

Tipus d'article

Víctor Pedrol ☎ 656 697 310┋ victor@gorramusca.cat 

Míriam Gómez ☎ 679 308 156 ┋ miriam@alexanderbcn.cat 

Jordi Pla ☎ 647 915 597 ┋ jpla@xifro.com